miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los ladrones somos gente honrada (adaptaciones) - Datos técnicos


Los ladrones somos gente honrada (1941)

Producción: Producciones Aureliano Campa-Juca Films (España 1941). 
Director: Ignacio F[arrés] Iquino. Guión: Ignacio F[arrés] Iquino, según la obra homónima.
Fotografía: Emilio Foriscot. Música: José María Ruiz de Azagra. Canciones: “Pío-pío” (Segundo Rivera); vals y czardas (Ramón Ferres). Decorados: Emilio Ferrer. Montaje: Antonio Cánovas.
Intérpretes: Amparo Rivelles (Herminia), Manuel Luna (Daniel el Melancólico), Mercedes Vecino (Germana), Fernando Freyre de Andrade, Antonio Riquelme (El Castelar), Angelita Navalón, José Jaspe, Ramón Martori, Mercedes Nicolau, Luis Villasiu, Joaquín Torrens, Amparo Cervera, José Sanchiz, Arturo Morillo, Matilde Artero, etc.
Paso: 35 mm. Procedimiento: B/N. Duración: 102 min.
Distribución: Cifesa.
Estreno: Cine Avenida (Madrid), 9 de marzo de 1942. Cine Fantasio (Barcelona), 10 de marzo de 1942.

La crítica ha dicho:
1) Iquino no respetó excesivamente su estructura escénica rompiendo en algunos momentos la unidad espacial y temporal de los tres actos clásicos, añadiéndole números musicales y potenciando los ingeniosos diálogos originales. […] El arranque es muy brillante. Iquino se luce en la descripción de los tipos de una fiesta de la alta sociedad. Igual que en sus películas de aquella época, muestra una sociedad ociosa y parasitaria cuyo único objetivo en la vida parece ser la máxima frivolidad. Después de este prometedor arranque, el film va perdiendo fuelle, baja el ritmo narrativo apoyándose en exceso en los diálogos teatrales y la realización no está en consonancia con sus posibilidades como vodevil. Iquino no consigue dominar la complejidad de la trama. […] Sin embargo, la cinta fue un éxito de público. Los críticos le perdonaron sus defectos por la rapidez y la falta de medios con que se había rodado.
(Ángel Comas Puente).

2) Una película que, por lo demás, me parece más que notable. El propio Manuel Luna, que tantas veces puso sus facciones peculiares al servicio de personajes oscuros y malhadados, hace aquí un papel que para sí quisiera Cary Grant. De hecho, si a algo recuerda esta simpática película es a Historias de Filadelfia: unos donnadies desconcertados en medio de los complicadísimos tejemanejes de una familia bien... Con un toque de los hermanos Marx, a quienes recuerdan mucho, incluso en su caracterización, los secuaces del Melancólico.
(José Manuel Benítez Ariza).

3) Una adaptación de la obra teatral de Jardiel Poncela, realizada a toda prisa. Resulta extremadamente teatral. Presupuesto reducido. Nada saliente.
(Fernando Méndez-Leite)



Los ladrones somos gente honrada (1956)

Producción: Aspa Films (España, 1956). 
Director: Pedro López Ramírez. Guión: Vicente Escrivá y Vicente Coello, según la obra homónima.
Fotografía: Federico G. Larraya. Música: Federico Contreras. Decorados: Enrique Alarcón.
Intérpretes: José Luis Ozores (Castelar), José Isbert (El tío del Gabán), Encarnita Fuentes (Herminia), Alicia Palacios (Germana), Julia Caba Alba (Eulalia), Antonio Garisa (El pelirrojo), Rafael Bardem (Felipe Arévalo), Carlos Miguel Solá (Daniel), José Manuel Martín (Antón), José Ramón Giner (Laredo), Isabel Pallarés (Teresa), Antonio Ozores (Menéndez), Nora Samsó, Joaquín Roa, María Isbert, Juana Ginzo, Jacinto San Emeterio, Milagros Leal, Pilar Gómez Ferrer, etc.
Procedimiento: B/N. Versión: Sonora. Duración: 82 min.
Distribución: As Films y Interpeninsular Films.
Estreno: Cine Gran Vía (Madrid), 3 de septiembre de 1956.
Premios: Premio del S.N.E. (Sindicato Nacional del Espectáculo) a Julia Caba Alba.

La crítica ha dicho:
1) Escrivá y Coello lo han convertido en un estupendo guión, logrando a la vez un trabajo literario de calidad al conservar toda la gracia y todo el vigor del estilo humorístico, que informa la obra de origen, y respetar lo que era esencial en la misma. Abundan escenas e incidencias de la más regocijante especie. Los tipos tienen una simpatía y un gracejo que coadyuvan al fin perseguido, o sea el de divertir al espectador. Pedro L. Ramírez no sólo ha dirigido la obra con pericia, sino que ha escogido bien a cuantos intervienen en el reparto.
(Fernando Méndez-Leite)

2) La adaptación libre de Escrivá y Coello ha mantenido el esquema de la comedia de Jardiel en sus líneas maestras, para modificar, en cambio, detalles de ambientación, más importantes estos que aquellos porque tienden a teñir la anécdota de un tinte entre serio y sentimental que desvirtúa sensiblemente la fuerza cómica de las situaciones. Tal vez en esta circunstancia se origine esa extraña atonía de la película, la vaga condición de su interés y el estilo fragmentado y disperso de su gracia, salvada estrictamente en aquello que aún se ha conservado como lo escribió Jardiel.
[…] Falla, en líneas generales, la trayectoria del guión, y, con ella, la finalidad esencial de la cinta, que no consigue entretener como debiera ni provoca la risa como era de suponer. El público, en suma, se divirtió poco, acaso porque esperaba más de lo que se le da.
(H S.G. - La Vanguardia)

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