sábado, 21 de noviembre de 2009

Las obras extranjeras

Ayer, otro estreno
y otra traducción.
¿Quién sigue sereno
ante el aluvión
de obras traducidas
que se están haciendo?

Yo juro por Midas,
lector, que no entiendo
-y me desespera-,
por qué se traduce
la escena extranjera.

De ello se deduce,
como es natural,
que lo nacional
no vale un pepino:
buscamos la sal
de nuestro vecino…

Demos al olvido
esas tonterías,
esas obras frías
sin calor de sol.
Prefiero las mías:
el arte español,
que es el verdadero.

¡Somos unos primos
cuando preferimos
todo lo extranjero!

Publicada en La Correspondencia de España, el 18 de abril de 1922.

No hay comentarios: