domingo, 11 de diciembre de 2011

Margarita, Armando y su padre - Datos técnicos

MARGARITA, ARMANDO Y SU PADRE

Comedia humorística en cuatro actos, con una ilustración musical de Ricardo Boronat.

Nº de personajes: 17 (8 femeninos + 9 masculinos).
[Margarita, Julia, Flora, Cristina, Maruja, Luz de Bengala, Lolita, Justina // Pamplinas, Armando, Antoñito, Landaluce, Román, Marcial, Ceferino, Orgaz, Manolo].
Escenario: Acto 1º, gabinete de una entretenida en Madrid. Acto 2º, hall de una casa de campo en Madrid. Acto 3º, saloncito de un piso en Madrid. Acto 4º, terraza  de un casino de verano en una playa de moda.
Época: Actual.
Secuencia temporal: Acto 1º, las cuatro de la madrugada. Acto 2º, las cinco de la tarde de un día de verano. Acto 3º, anochecer de un día de invierno. Acto 4º, medianoche en verano.

Sinopsis: Supone una parodia o reinvención de La dama de las camelias, de Dumas.
Argumento: Una joven de vida frívola y desenvuelta conoce a un hombre, con el que juega a representar el drama de Alejadro Dumas, aunque se acaban enamorando. Pero, en contra de lo que sucede en el drama francés, el padre de él, lejos de oponerse a esa relación, les facilita medios económicos para que sean felices, a sabiendas de que el hastío acabará separándolos definitivamente.
Desarrollo de las escenas:
[Acto 1]
Flora y Antoñito han tenido una de sus habituales discusiones de novios y han llegado a la casa de madrugada, una vez que el sereno les ha abierto el portal. Éste aprovecha para charlar con Julia, el ama de llaves, con la que mantiene cierta relación sentimental. Los novios comienzan a romper cosas y él le recrimina su tendencia a alternar con cualquier desconocido. Irrumpe la pandilla de amigos, jóvenes y no tan jóvenes de diverso pelaje, y Flora explica a las chicas lo que ha sucedido, mientras Antoñito hace lo propio con los chicos. Interviene Margarita, dueña de la casa, tratando de que hagan las paces. Le hablan de un joven llamado Armando, al que han invitado para que lo conozca, y a ella le hace gracia la coincidencia de nombres con los del drama de Dumas sobre el buen muchacho y la cortesana. Por fin aparece Armando, y entre ambos se aprecia cierta frialdad, procurando no quedarse a solas. Se hablan con ironía pero poco a poco va surgiendo cierta corriente de simpatía. Antoñito y Flora hacen las paces y el grupo decide irse a Villalba, aunque Margarita y Armando prefieren quedarse allí. Entra Pamplinas, medio dormido, y Armando se sorprende de verle allí, pues al parecer es su padre, aunque no viven juntos. Cree que está allí por Margarita, y aunque ésta lo desmiente, se muestra bastante desilusionado.
[Acto 2]
Armando lee versos a Margarita, mientras el ama de llaves lee un novelón. Luego habla con Antoñito acerca de la felicidad y el matrimonio, y sobre la relación de Pamplinas con Luz de Bengala. Admite que tiene problemas económicos después de haber dado todo su dinero a Margarita, sin tener forma de ganarlo, y le preocupa que ella esté pagando todo y que haya tenido que vender sus joyas. Se propone buscar trabajo, pero hasta el ama de llaves duda que sea capaz. Él se muestra avergonzado. Llega el padre y le pregunta acerca de su relación con Margarita, tratando de alejarle de ella, a lo que él se niega. Pamplinas comenta con Landaluce que a su hijo no le conviene esa relación, pero finalmente decide ayudarlos consciente de que en poco tiempo no se soportarán mutuamente. Cuando regresan Margarita y Armando esperan la oposición del padre, pero éste les sorprende anunciando que les va a pasar una pensión mensual.
[Acto 3]
Armando y Margarita muestran su aburrimiento, cada uno abstraído en sus asuntos. Discuten acerca de su situación presente. Una doncella trae el libro de poemas que han tirado a la basura. Margaita lo hojea y lo devuelve a la doncella para que lo saque a la basura. Julia, el ama de llaves, se lamenta de lo triste que está la casa, razón por la que pasa el día leyendo. Margarita se muestra dispuesta a romper la relación esa misma tarde. Llega Pamplinas, que también ha terminado con Luz, avergonzado de la vida que lleva. Margarita le anuncia a Armando que todo ha concluído entre ellos. Se despiden, y ella no quiere que queden como amigos, pues sería más doloroso para ambos. Él promete no olvidarla nunca, lo que ella pone en duda. Pamplinas, al enterarse, felicita a su hijo por la ruptura, pero al ver cómo aún la quiere, se marcha avergonzado.
[Acto 4]
Armando se ha casado con una joven, Cristina, y viajan por el extranjero en compañía de Pamplinas. Coinciden con Antoñito y Flora, ahora dos bailarines mundialmente famosos, que están de gira. Pamplinas habla de sus recientes conquistas amorosas, y Armando se indigna. También Antoñito tiene un lío con una rubia, al parecer, a pesar de haberse casado con Flora. Advierten a Pamplinas de que Margarita está por allí cerca, con el fin de que se lleve a Cristina . Llega Margarita y queda sola con Armando. Hablan de sus respectivas vidas durante los cuatro años que han estado sin verse. Margarita acaba por llorar y reconoce que siempre ha pensado en él. Armando promete ir a despedirla a su hotel al día siguiente. Llega Cristina justo a tiempo de darse cuenta de cómo se miraban, y se teme que Armando sea capaz de volver con Margarita. Le pide a su esposo que se marchen esa misma noche. Llega Pamplinas, indignado con Antoñito porque coquetea con la misma rubia que él, de forma que finalmente se marchan los tres a Madrid, sin que Armando pueda pues cumplir la promesa que le hizo a Margarita.


Comentario: Tras un primer acto bastante ameno, el segundo resulta escasamente humorístico, para volver a brillar a partir del tercero y hasta el final de la obra.
Llama la atención la cantidad de aforismos que salpican la comedia, algunos de ellos celebradísimos, así como la variedad de recursos humorísticos que emplea. También es cierto que introduce algunos chistes un tanto chuscos y hasta pasados de moda, como la alusión a una marca de puros, o cierto tipo de chiste léxico que él mismo detestaba, como el que se basa en el nombre de pila de Flora poniéndolo en relación con la Fauna.
La galería de personajes es bastante nutrida y sorprende en primer lugar el que algunos de ellos sean identificados directamente por sus motes, como Pamplinas o Luz de Bengala, o en cierta manera Orgaz-Caobo, o Antoñito, que despectivamente es apodado 'Gato Félix' por su novia, y cómo no, hasta el propio Armando, que es llamado 'Margarito' por parte del ama de llaves respondona. Este ama de llaves es, dicho sea de paso, un personaje que da bastante juego gracias a ese vicio de pasarse todo el día leyendo folletones truculentos. También son de destacar el jardinero apodado 'Caballo de Atila' por su manía de podar todo lo que encuentra en su camino, o incluso el mismo sereno que aparece en el primer acto, y que pasa más tiempo cortejando a Julia que en la calle. Otros personajes destacan por lo ridículo, como Pamplinas, que a pesar de haber sido ministro y senador, tiene debilidad por las jovencitas, lo que a sus años resulta patético; y Orgaz, el joven deportista sin nada en la cabeza.
Es curioso el paralelismo que establece entre las tanguistas y las mujeres de mala nota, prueba inequívoca de que el tango como manifestación artística no debía interesarle mucho. O quizá todo se deba a que la madre de su primera hija, Josefina Peñalver, se acabó marchando con un célebre cantante de tangos.
La obra presenta como es lógico muchos elementos procedentes de La dama de las camelias, incluso en algunos momentos los personajes parecen seguir el guión y hacen frecuentes alusiones al drama de Dumas, pero siempre se introduce algún elemento en clave de humor que le dota de un sello propio.
En suma, estamos ante una más que aceptable comedia que conserva aún toda su lozanía y apenas se ha resentido con el paso del tiempo.

Génesis y avatares de la obra: Escrita en 1931, en los siguientes lugares: Café del Prado, Café Zahara, Café Recoletos, La Ballena Alegre y Café Comercial de Madrid.
Ante el fracaso de su anterior comedia, y ratificada la confianza por parte del empresario Tirso Escudero, decidió no arriesgar y escribir una comedia simpática y sentimental, ligeramente vulgar, es decir, verosímil. El tema surgió a raíz de releer la novela de Dumas La dama de las camelias y la correspondiente versión teatral.
En 22 días hizo dos actos, y una semana después el tercero. El cuarto lo liquidó en dos mañanas, y al mes siguiente ya fue estrenada la obra.

Otros datos:
Un manuscrito de la comedia se encuentra en la Biblioteca Nacional de España.

Estreno: Por la compañía de Milagros Leal y Salvador Soler en el teatro de la Comedia de Madrid el 17 de abril de 1931, hasta el 4 de junio de 1931 [40 representaciones].En Barcelona, en el teatro Barcelona, a partir del 17 de junio de ese mismo año.
Reparto: Milagros Leal (Margarita), María Mayor (Julia), Emilia Donnay (Flora), Luisa Noriega (Cristina), Julia Galán (Maruja), Elvira Noriega (Luz de Bengala), Carmen González (Lolita), Carmen de Toledo (Justina), Pedro Zorrilla (Pamplinas), Salvador Soler Marí (Armando), Mariano Azaña (Antoñito), Antonio Riquelme (Landaluce), Andrés Tobías (Román), Casimiro Hurtado (Marcial), Manuel Gutiérrez (Ceferino), Antonio Rodríguez (Orgaz), Manuel Ortiz (Manolo).
Crítica del estreno: Éxito arrollador tanto de público como de crítica.

Otros montajes posteriores:
- 26 jun 1934: Teatro Chueca. Intérpretes: Mª Teresa Montoya, Vilma Vidal, Joaquín Pujol, Matilde Rivera, etc.

Adaptaciones cine:
Margarita, Armando y su padre (1939). Dirección: Francisco Múgica. Adaptación, diálogos y guión técnico: Enrique Jardiel Poncela. Intérpretes: Mecha Ortiz, Florencio Parravicini, Alita Román, Ernesto Raquén, María Santos, Pedro Quartucci, Enrique Roldán, Carmen Lamas, Héctor Quintanilla, Susi Derqui, José Alfayate, Olga Mon, etc.

Publicaciones:
- Margarita, Armando y su padre, La Farsa, 1931.
- Tres comedias con un solo ensayo, Biblioteca Nueva, 1933, 1934, 1944, 1999.
- Idem, Juventud, 1946.
- Margarita, Armando y su padre, Cisne (Biblioteca Joyas Literarias), 1941.
- Margarita, Armando y su padre, Teatro Selecto, 1941.
- Obras teatrales escogidas, Aguilar, (Joya), 1948, 1953, 1957, 1961.
- Margarita, Armando y su padre / Cuatro corazones con freno y marcha atrás, Novelas y Cuentos, 1950.
- Obras completas, AHR, 1958, 1960, 1963, 1965, 1967, 1969, 1970, 1971, 1973.

Traducciones:
- Inglés: Muriel Pratt.


LA CRÍTICA HA DICHO:

[...] En Margarita, Armando y su padre también juega con algunos aspectos insólitos. Concretamente la obra está montada sobre cierto paralelismo entre los dos protagonistas y los de “La dama de las camelias”, de A. Dumas; la diferencia está en que, según aseguran los personajes, ha pasado mucho tiempo desde entonces y ya en la vida no hay lugar para ese amor absoluto; en el siglo XX muere antes el amor que los personajes; en el periodo romántico, en cambio, el Amor -con mayúsculas pues lo concebían como el summum, el absoluto- era inalcanzable y los protagonistas estaban condenados por un fátum trágico. Jardiel da un paso más e impregna la obra de una visión  desilusionada de la vida, que es inherente al humor más profundo, tanto de Quevedo como en el del maestro de Jardiel, Ramón Gómez de la Serna.
 La visión humorista que se destila de la obra implica un pesimismo radical puesto que aseguran que ya se "nace con desilusiones". Como actitudes anómalas podemos considerar las de esa pareja que van a casa de una amiga, Margarita, una entretenida de lujo, a hacer las paces, aunque para ello tiene que discutir y en la pelea han de estrellar, delante del público, cuantos cacharritos de adorno se encuentran a mano. Pero, sobre todo, el personaje más llamativo es ese padre que, en vez de adoptar el clásico papel del tutor del hijo y de reprenderle para que vaya por los caminos de la vida decente, al diseñarle el autor como un personaje libertino, no muestra, en un primero momento, reparos a la relación de su hijo con una mujer de vida ajena a las normas sociales; luego, Jardiel le hace recapacitar, pero juega con lo anómalo a la hora de buscar un  medio para separar a los amantes; no se basa en el consejo sino en la experiencia de que -visión pesimista de la pareja por parte del autor- cuando un hombre y una mujer se unen tanto que conviven como matrimonio, acaban separándose por aburrimiento. Por eso el padre de Armando, un personaje que rompe con el estereotipo de padre tradicional, le da una buena mensualidad para que puedan sostener su nido de amor y, con el paso del tiempo, como el padre intuye, acaban separándose. Aunque el padre defina el matrimonio como un conjunto de males frente al patrimonio, un conjunto de bienes; el autor remata su obra con un final en el que, pese a la entrevista del protagonista con Margarita cuatro años después de haberse separado, salva el matrimonio de Armando. ¿Hasta qué punto es consciente Jardiel de esta salvaguarda que implica una concepción tradicional de la vida en el autor? Nos hacemos la pregunta a partir de las indicaciones que aporta en el prólogo a la obra; allí indica que ha escrito toda la obra pensando en el público y que tiene dos finales distintos inclinándose, finalmente, con la ayuda de Milagros Leal, por el que más le gustaba a él, pese a que fuese el que menos iba a gustar al público. Es decir que, en este caso, quiere romper con lo que sería el final previsto en toda la tradición de la literatura tradicional, el final feliz tras las diversas divergencias sufridas por los amantes. Es lo anómalo lo que le atrae; creemos, por esto que tiene más importancia para Jardiel romper el molde en el final de la obra más que lo que podía ser el peso de lo ideológico.
(Fulgencio Castañar)

               

Los pueblos dichosos, las mujeres honradas  y las comedias fáciles no tienen historia.
Margarita, Armando y su padre era una comedia fácil… y ya nada queda por contar.
En el mes que siguió a lo que ya queda contado, ocurrieron en Madrid dos hechos casi simultáneos: la proclamación de la República y el estreno de Margarita, Armando y su padre. Yo sólo soy responsable del último.
El público recibió con gusto, pero reservado, el primer acto; con calor, el segundo; en el tercero, la escena de la separación transcurrió entre murmullos de elogio, y al bajar el telón se aplaudió ya sin reservas, largamente; el cuarto acto redondeó el éxito.
(Enrique Jardiel Poncela)


               

Los tres personajes, clásicamente románticos, de La Dama de las Camelias, vine ahora, en la comedia de Jardiel Poncela en ambiente distinto de aquel tan fuertemente romántico en que nacieron: ¿cómo reaccionan a las excitaciones de ese ambiente nuevo?
He aquí un problema psico-social interesante que podría ser tratado en muy diversos tonos y Jardiel Poncela trata, naturalmente, con pluma humorística.
Esto le permite no llegar a la solución definitiva: el teatro, aún siendo, como algunos quieren, un laboratorio de sociología experimental, no vendrá nunca obligado a dictar leyes ni normas de vida, sino a recoger y presentar artísticamente los datos indispensables para llegar a ese fin.
Lo que desde el punto de vista de la forma importa, es decir, que Jardiel ha construído y hablado con su comedia hábil y graciosamente, sin ajustarse demasiado a los convencionalismos usuales y con un humorismo de buena ley, que si algunos pueden juzgar atrevido, nunca es cínico ni descocado.
(Alejandro Miquis)

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