miércoles, 18 de agosto de 2010

El amor sólo dura 2.000 metros - Datos técnicos

EL AMOR SÓLO DURA 2.000 METROS

Comedia de la vida de Hollywood, en cinco actos.

Nº de personajes: 46 (14 femeninos + 32 masculinos), además de varios mozos y extras, y de tres pieles rojas.
[Annie Barrett, Patricia Barrett, Marjorie, Rosie, Nora Benson, Sonnia Hansen, Elisabeth, Greta Garbo, Edith, Una extra, Ethel, Mrs. Morgan, Constance, Jeannette // Julio Santillana, Slater, Martín Felipe, El duque de Blois, Pinkerton Lumnis, Tommy, O’Bannion, Buck Hamilton, Zolberg, Strayers, Teniente Phillips, Zannuck, Doggy, Stone, Johnson, Morris, Turpin, Sam, Frank Evans, Mr. Morgan, Schneider, Edward, Joe, Clay, Jimmy, Mobb, Marinero, Peter, O’Flaherty, Jack, Harry, Mozo].

Escenario: Acto 1º, cubierta de un trasatlántico inglés, en la bahía de Nueva York; Acto 2º, despacho de un jefe de una compañía cinematográfica, en Hollywood; Acto 3º, interior de los estudios de dicha compañía; Acto 4º y 5º, living-room en una casa de Hollywood.
Época: 1932.
Secuencia temporal: Acto 1º, las nueve de la mañana. Acto 2º, hacia las 11. Acto 3º, uno o dos meses después, a las 5 de la tarde. Acto 4º, dos meses más tarde, a las dos y media de la noche. Acto 5º, veinticuatro horas más tarde, a las doce en punto de la noche.

Sinopsis: Es un retrato de la vida que rodea a las estrellas de cine y al ambiente de Hollywood, en el que hay por medio un caso de chantaje que termina trágicamente.
Argumento: Un reputado escritor y una actriz de moda se han casado en secreto y viajan a Estados Unidos, donde ella va a rodar una nueva película basada en un argumento del propio novelista. Junto a la descripción del modo de vida americano, asistimos al paulatino desencanto del novelista, que culmina en un regreso a Europa, mientras su efímera esposa queda en América y paga, debido a un engaño emocional, un precio sentimental demasiado alto.

Desarrollo de las escenas:
[Acto 1]
Annie Barrett, la estrella cienematográfica del momento, y Julio Santillana, novelista español, viajan de incógnito en un barco rumbo a Nueva York. Ella se ha vestido de hombre para que no la reconozcan. Los acompaña Martín Felipe, secretario de Julio, quien procura mantenerles en el anonimato. La pareja de recién casados llegan a cubierta y conversan sobre cinematografía, sobre el modo en que se conocieron y se casaron, sobre la insufrible vida social de las artistas del celuloide. Cada vez que alguien se acerca, se besan, y, por parecer dos hombres, hacen que los intrusos se marchen escandalizados. Al fin dan con un tal Ludovico, duque francés venido a menos, que no sólo no se espanta de verlos besarse sino que se interesa por su historia. Luego de darse a conocer, le ofrecen dinero para que les deje tranquilos. La pareja habla sobre la otra cara de Nueva York, la de la marginación y la delincuencia, ambiente en que ella se crió. Llega Slater, el manager de la artista, proclamando a gritos su presencia en el barco, para darle publicidad al tema, y a la vez manteniendo el orden y la seguridad a bordo. Al enterarse de la boda de su representada muestra incredulidad e indignación, recriminando a Annie el haberlo hecho pues ello puede perjudicar su carrera. Ella parece dócil ante ese hombre; Julio se muestra abatido. Pero un telegrama les hace cambiar de planes, porque el matrimonio puede reportarles grandes beneficios económicos, de forma que ella va a ponerse ropa de mujer para ser entrevistada por unos periodistas bastante bisoños, que como aperitivo entrevistan a Julio acerca de la profesión de escritor y de España. Annie regresa muy dicharachera y el manager inventa una historia disparatada y llena de tópicos acerca de la pareja de recién casados, todo ello con fines comerciales.
[Acto 2]
Tommy, pintor de letreros, conversa con la secretaria del manager general de Lummis Films. Llega Strayers, el manager, dando instrucciones, y al momento Nora, una mujer excéntrica que pregunta por él y despotrica de todo lo español y de la novela de Julio. Strayers se niega a recibirla y discute con sus subordinados de temas profesionales. Traen un saco enorme de cartas para Mrs. Barrett. Pinkerton, un mendigo que pide trabajo, se oculta tras una puerta justo en el momento en que entra Annie, saludando a sus viejos compañeros y enseñando las oficinas a Julio. Pinkerton recuerda que es el fundador de la empresa y que Strayers se lo robó todo. Ha venido a llevarse su retrato, que cuelga de una de las paredes, para quermarlo. Llega Marjorie, otra actriz, interesada en conocer a Julio, a quien encuentra serio, sin embargo. Aparece la madre de Annie, quejándose de la vida de sacrificio que lleva, que no es otra cosa que despilfarro. Annie le presenta a su esposo. Alguien comenta la puesta en libertad de un gangster llamado O'Bannion y Annie se estremece al saberlo. Julio lee la adaptación de una de sus novelas y se muestra muy insatisfecho. Llega Evans, el primer esposo de Annie y actualmente casado con Marjorie, quien va a hacer el papel de galán en la proyectada película. Annie queda sola y en su nerviosismo trata de telefonear a O'Bannion, pero este aparece súbitamente y ella queda aterrorizada. Martin los sorprende y disimula. O'Bannion amenaza a Annie y le recrimina sus últimas aventuras sentimentales, incluido su matrimonio. Le transmite órdenes de Strayers para que pare los pies a Julio en su afán de meter mano en el guión, y quedan citados para el día siguiente, en el mismo lugar en que casualmente Martin acaba de quedar con una ex-empleada de la empresa.
[Acto 3]
Plató repleto de operarios, en plena actividad, mientras se espera la llegada de Greta Garbo, a la que se dedican comentarios nada elogiosos. Aparece la Garbo, se intenta varias veces filmar una escena sencilla de su película, que sistemáticamente salen mal por culpa de la propia Garbo. Llega Annie con Evans para avanzar el rodaje de su película. Greta Garbo se retira, no sin antes saludar a Julio y Martín, que conversan sobre la vida y costumbres norteamericanas. Julio se queja de que el guión no se adapta para nada a su novela. Se siguen rodando escenas, que interrumpen el diálogo entre Julio y su secretario. Hablan sobre Annie y su hijo, secuestrado por O'Bannion. Rosie les revela que ese niño ha muerto meses atrás, justo el día en que el matrimonio llegó a Hollywood. Julio cree que a ella no deben decírselo, ya que se trata de un secreto que casi nadie conoce. Entra Marjorie, a la que han retocado la nariz por tercera vez, y cuyo aspecto sigue sin gustar al director. Se ruedan más escenas. Julio muestra su desacuerdo con el espíritu que se está dando a la película. La madre de Annie entra para pedirle dinero a su hija, y estropea sin querer una escena. La echan de allí con malos modales, y Julio aprovecha para irse también, ofendido por la forma en que se trata a las personas allí.
[Acto 4]
La radio comenta el éxito del estreno, al que Julio no ha querido asistir, ante la libérrima adaptación que se ha hecho de su obra. Vemos de paso cómo el humilde pintor de letreros se ha convertido de la noche a la mañana en un humorista millonario. Van llegando invitados a casa de Annie, para seguir la celebración. Julio deja adivinar que piensa volver a Europa de inmediato, sintiéndose ajeno a todo aquel mundo. O'Bannion saca a la madre de Annie el dinero que ésta acaba de sacarle a Julio. Llega al fin Annie y Frank Evans, entre vítores a ambos. Se brinda. Julio lo hace como despedida, de una forma un tanto mordaz y despiadada. Martín menciona el hijo muerto de Annie. Ésta se descompone; todos tratan de hacerla ver que el niño está bien, aunque ella no los cree. Es Rosie quien consigue convencerla de que ha visto a su hijo hace poco, lo que la impide por cierto marcharse a Europa con su esposo, como sería su voluntad. O'Bannion promete llevárselo al día siguiente.
[Acto 5]
Un speaker transmite en directo la salida del barco donde viaja Julio rumbo a Europa. Doggy y Slater comentan la fiesta, de la que muchos tienen aún resaca, entre ellos la propia Annie. Aparece ésta con aspecto de mareada coincidiendo con la llegada de un automóvil a los alrededores de la casa. En ese vehículo han abandonado a un niño muerto, el hijo de Annie. Mientras el speaker recita unos versos sobre Nueva York que ha compuesto Martín, Annie regresa rota tras comprobar que efectivamente su niño ha sido asesinado.

Comentario: Constituyó el segundo gran fracaso de Jardiel, quizá porque se aleja en cuanto a ambientes y situaciones, de lo que suelen ser sus otras comedias. Pese a todo hay momentos de indudable acierto, como la presencia del conde Ludovico, de Tommy, el pintor de carteles, o de Martin, el secretario bajito de Julio Santillana, que aportan excelentes dosis de humor a la comedia. Sin embargo, llama la atención la pésima imagen, tanto personal como profesional, que se ofrece de Greta Garbo, siendo ésta indudablemente una de las mejores y más elegantes actrices en la historia del cine. No se entiende tampoco por qué Jardiel introduce un personaje del mundo real junto al resto de personajes, que son seres de ficción.
Es una pieza que, por sus características escénicas, permite ser rodada en forma de largometraje (aunque curiosamente nunca se ha llevado al cine), y que, a pesar de que retrata una época concreta -los años treinta- sigue manteniendo su vigencia en cuanto al modo y la filosofía de la vida que transmite. Por cierto, que no falta una denuncia hacia aquellos que desprecian o hacen burla de los que padecen alguna tara física: el negro al que todos tratan como un fardo, la chica coja cuyo defecto físico le hace perder todo el atractivo, el hombre bajito al que todos parecen restregarle su escasa estatura; y no desperdicia la ocasión de mostrarnos las dos caras de la misma moneda: la del lujo y glamour, representado por Patricia, la madre de Annie Barrett, y la de la pobreza, a través de la madre de familia que se ve forzada a mendigar un trabajo como extra para mantener a sus hijos y a su esposo enfermo. Y cómo no, también se pone de manifiesto el ridículo de muchos tópicos relativos a España y a los españoles. Seguramente el final trágico de la obra, atípico en Jardiel, no gustase en su momento al gran público.
Por cierto, que la cantilena que se trae entre dientes el personaje de Doggy es un poema de Langhston Hugues titulado I, too (Yo, también).

Génesis y avatares de la obra: Escrita entre septiembre y el 18 de noviembre de 1940, en los siguientes lugares: Café Gijón, saloncillo del teatro de la Comedia y Café Recoletos, de Madrid.
Durante una estancia en Hollywood en 1932 concibió la idea de reflejar en una obra la vida y costumbres de aquel lugar, pero había ido difiriendo el proyecto hasta que en el teatro de la Comedia se contrató un director escénico y Jardiel tuvo más libertad de movimientos y carta blanca para los gastos.
A lo largo de octubre y noviembre su escritura avanzó con fluidez, con un argumento de corte dramático que incorporaba una sátira de ambientes y tipos. El 6 de noviembre dio comienzo el 3º acto, que quedó concluido a mediados de mes, rematando la obra entera el 18 de noviembre. Se dedicó entonces a recolectar el atrezzo necesario y hasta hizo un montaje cinematográfico con escenas captadas por él mismo en Estados Unidos.
Los ensayos comenzaron a mediados de diciembre, por espacio de un mes, y fueron satisfactorios a excepción de Mariano Azaña, que no puso mucho interés en aprenderse el papel.

Estreno: Por la compañía titular en el teatro de la Comedia de Madrid el 22 de enero de 1941.
Se dieron 40 representaciones de la obra.

Reparto: Elvira Noriega (Annie Barrett), Antonia Plana (Patricia Barrett), Eloísa Muro (Marjorie), Conchita Fernández (Rosie), María Zaldívar (Nora Benson), Amelia Noriega (Sonnia Hansen), Carmen Villa (Elisabeth), Aurelia Treviño (Greta Garbo), María T. Alonso (Edith), Elvira Soler (Una extra), Esperanza Muguerza (Ethel y Mrs. Morgan), María V. Muñoz (Constance), Rosita Yarza (Jeannette), Carlos Lemos (Julio Santillana), José Rivero (Smith Slater), Mariano Azaña (Martín Felipe), José Orjas (El duque de Blois y Pinkerton Lumnis), Miguel Gómez Castillo (Tommy), Antonio Monsell (O’Bannion, Buck Hamilton y Zolberg), Fernando Fernán Gómez (Strayers, Teniente Phillips y Zannuck), Luis Mallén (Doggy, Stone y Johnson), Manuel Gutiérrez (Morris, Turpin y Sam), Juan Hidalgo (Frank Evans), Antonio Ayora (Mr. Morgan, Schneider y Edward), F. G. Velasco (Joe), Armando Casado (Clay y Jimmy), Gregorio Hermana (Mobb y Marinero), J. Contreras (Peter), J. Olmos (O’Flaherty), L. Blanco (Jack), J. Sánchez (Harry) y Galindo (Mozo).

Crítica del estreno: El primer acto gustó y se aplaudió aunque sin entusiasmo. El 2º aumentó el calor del éxito. La primera parte del 3º acto fue la más celebrada de la comedia, pero sin saber por qué el ambiente se enfrió y se descargó una tormenta acompañada de pateos hasta el fin del acto. El 4º registró alguna protesta aislada, y el 5º se acogió primeramente con silencio y más tarde con risotadas y pateos, habiendo incluso quien se marchó antes de acabar.
La crítica se mostró malévola y destructora. Sánchez Camargo no supo captar la filosofía del pueblo americano. Ródenas reconoció méritos en la puesta en escena pero entendió que los tipos estaban muy deshumanizados. Cristóbal de Castro echó en falta más conflictos de almas. Jorge de la Cueva manifestó que la vida de Estados Unidos no tenía interés por ser muy conocida en Europa. Por contra, Igoa hizo una reseña amable y Marqueríe supo captar tanto los aciertos como los defectos.

Publicaciones:
- Una letra protestada y dos letras a la vista, Biblioteca Nueva, 1943, 1954, 2001.
- El amor sólo dura 2.000 metros, Novelas y Cuentos.
- El amor sólo dura 2.000 metros, Escelicer, (Teatro), 1953.
- Obras completas, AHR, 1958, 1960, 1963, 1965, 1967, 1969, 1970, 1971, 1973.
- Historia y antología del teatro español de la posguerra: 1940-1945, vol. I, Fundamentos, 2003.

LA CRÍTICA HA DICHO:

El amor sólo dura 2.000 metros pone en choque y contraste las dos maneras de entender la vida y el amor a uno y otro lado del Atlántico, y traza el dibujo irónico y grotesco -sátira y costumbres de la existencia norteamericana. Más todavía: reproduce exactamente, con una fidelidad absoluta -y hasta excesivamente minuciosa- el rodaje de dos películas en los Estudios y explica cuál es y en qué consiste el drama de la literatura, a la que el cine quiso privar de su rango y de sus fueros.
(Alfredo Marqueríe)

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En el caso de El amor sólo dura 2.000 metros, Jardiel Poncela era consciente de que esta obra nacía con algo nuevo dentro y relacionado directamente con sus experiencias personales en Hollywood. La obra resultó singular en su época y también en el conjunto de la obra jardielesca, mostrando de manera especial esa imbricación entre el género teatral y el cinematográfico que centraba en esos momentos la polémica en los ambientes intelectuales y artísticos en general. En la comedia Jardiel Poncela ilustraba sus vivencias en Hollywood y, al mismo tiempo, desarrollaba uno de los temas que más le interesaron: las relaciones entre la literatura y el cine.
(Cristina Ros Berenguer)

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Los factores que contribuyeron al fracaso fueron múltiples. Entre las causas internas del fracaso destacan tres, en mi opinión: primero, la excesiva longitud de la obra, pese a que Jardiel la recortó bastante (la representación del estreno duró tres horas, según Ródenas, aunque Jardiel asegura que recortó la obra hasta dejarla en dos horas); segundo, el gran número de personajes (cerca de cincuenta), en su mayor parte con caracterización unidimensional y roles insignificantes, que no añaden mucho al desarrollo de la obra. Finalmente, […] un posible defecto de construcción que ha sido indicado repetidamente por los estudiosos de Jardiel respecto a todo su teatro: el primer acto resulta muy divertido, original y prometedor (también el tercero, cabría añadir), pero no se consigue mantener el mismo tono a lo largo de toda la obra y el desenlace decepciona las expectativas creadas en el público.
Entre las razones externas del fracaso cabe destacar tres, a mi juicio: en primer lugar, la inadecuada preparación de los actores principales, especialmente de la primera actriz, Elvira Noriega, quien se resistía a seguir los consejos del autor y del director, y del actor cómico Mariano Azaña, que no se aprendió bien su papel como Martin, según explica Jardiel en su prólogo; en segundo lugar, la insuficiencia de los medios técnicos disponibles en su momento para el montaje de la obra […] y por último, la causa decisiva del fracaso fueron las expectativas del público, que no permitía a Jardiel desviarse de la fórmula de comedia que había empleado hasta entonces, particularmente con Eloísa está debajo de un almendro, estrenada pocos meses antes con gran éxito.
(Montserrat Alás-Brun)

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Era una comedia frustrada por cinco equivocaciones previas:
1ª la equivocación de querer abarcar demasiado; de querer presentar en dos horas de espectáculo la vista panorámica de todo el sector social de un país;
2ª la equivocación de suponer que había de interesar una comedia satírica de costumbres a un público al que no le eran familiares esas costumbres;
3ª la equivocación de no haberme limitado a hacer una burda caricatura de Hollywood -risa-, que era lo que los espectadores deseaban;
4ª la equivocación de pensar que la masa creía, como yo, en la superioridad latina y que sentía orgullo de la raza; y
5ª la equivocación de imaginar en el público una suma de conocimientos vulgares para la cultura media, pero de que él carece en absoluto.
(Enrique Jardiel Poncela)

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