lunes, 21 de septiembre de 2009

Un marido de ida y vuelta - Adaptación cinematográfica

Un marido de ida y vuelta (1957)

Producción: Guión Films (Manuel José Goyanes) (España, 1957).
Director: Luis Lucia. Guión: José María Palacios y Luis Lucia, según la obra homónima.
Fotografía: Alfredo Fraile. Música: Juan Quintero. Montaje: José Antonio Rojo. Decorados: Enrique Alarcón. Ayudante de dirección: Ricardo Blasco y José Luis Robles.
Intérpretes: Emma Penella (Leticia), Fernando Fernán-Gómez (Pepe), Fernando Rey (Paco), Luz Márquez (Gracia), Antonio Riquelme (Elías), Mercedes Muñoz Sampedro (Etelvina), Xan das Bolas (Díaz), Alfonso Godá (Ansúrez), Goyo Lebrero (Filalicio), Ana María Ventura, Lola Gaos, Nuria Torray, Jaime Blanch, Manuel Requena, Ángel Álvarez, Félix Briones, Emilio Alonso, Modesto Blanch, José Luis López Vázquez, etc.
Paso: 35 mm. Procedimiento: B/N. Versión: Sonora. Duración: 94 min.
Distribución: Suevia Films-Cesáreo González.
Estreno: Cines Real Cinema y Paz (Madrid), 26 de agosto de 1957.

Comentario:
Excelente visión de la comedia de Jardiel, en la que, a pesar de suprimirse el personaje de Sigerico (el primo de Le­ticia), que en la comedia da mucho juego, adquiere por el contrario mucho más protagonismo Etelvina, la tía para­lí­tica, que se pasea por la casa en una silla de ruedas con motor. Resulta graciosa la escena inicial, que no pertenece a la comedia original. Excelentes Fernán-Gómez y Emma Penella, así como los secundarios de lujo, aunque quizá el per­sonaje de Paco no sea el más idóneo para un actor de las características de Fernando Rey, que se desenvuelve mejor en papeles dramáticos. La escena de la fiesta de disfraces es especialmente brillante, debido en buena medida a la incorporación de muchos extras, algo que resulta imposible de conseguir en el reducido espacio de un escenario y con los presupuestos en que se mueve el teatro.

La crítica ha dicho:
Gracias a la equilibrada dirección, la magnífica labor de cuantos intervienen en el reparto y la originalidad de su argu­mento nada tiene que envidiar la obra a los más logrados exponentes extranjeros de análogo género.
El ingenio sin límites del malogrado Jardiel se manifiesta en la versión en imágenes vivas de su divertida obra, quizá con más pujanza aún que en la obra teatral. La adaptación, realizada por José María del Palacio y el propio Lucia con un respeto digno de aplauso permanentemente fiel en lo fundamental al texto de origen. Si en la escena la obra ha hecho reír, en la pantalla enriquecida con el ritmo que proporciona la habilísima planificación, las carcajadas brotan in­contenibles, acierto debido, primordialmente, a la tarea directiva plenamente lograda, a la estupenda labor del equi­po técnico y al excelente trabajo de los intérpretes. […] Todos contribuyen con su entusiasmo al éxito de esta gran película española, que Alfredo Fraile ha recogido en encuadres de alta calidad. Impecables decorados de Alar­cón y una entonada ilustración de Quintero completan los valores más descollantes de una película que honra al cine patrio.
(Fernando Méndez-Leite)

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