sábado, 8 de agosto de 2009

Anécdotas jardielescas

En cierta ocasión le presentaron a Jardiel a un escritor muy presumido. Se le hizo anti­pá­tico desde el primer momento y el popular humorista no supo o no quiso disi­mu­larlo. Entonces, el otro le dijo ásperamente:
-Ha de saber usted que todo lo que yo soy no se lo debo a nadie. Tengo el orgullo de haberme hecho yo mismo.
-¡Menos mal! –dijo Jardiel-. Con eso descarga usted a Dios de una terrible respon­sa­bi­lidad.

(Federico Bravo Morata)

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